AUTOMATIZACIÓN DE PROCESOS EN MEDICINA: ¿CADA VEZ MÁS CERCA?

A raíz de esta noticia, que describe cómo una empresa estadounidense ha comenzado a ofrecer exámenes visuales -con tecnología de evaluación in situ pero personal y optometristas que valoran los resultados a distancia- ha realizado una colaboración con una empresa japonesa que fabrica las gafas en la misma tienda -gracias a un robot- en menos de 30 minutos, me planteo qué implica la automatización de procesos en Medicina.

Sin duda la tecnología permite una optimización de los recursos y del tiempo disponible tanto de pacientes como de profesionales sanitarios, pero tiene algunas limitaciones y críticas lógicas. Al posible agravamiento de la desigualdad tecnológica existente entre países desarrollados y en desarrollo (desgraciadamente, no existe un acceso equitativo a los recursos tecnológicos en las diferentes regiones del mundo), se unen otros muchos factores, como la posibilidad de caer en la deshumanización de la Medicina. 

Así pues, ¿hasta qué punto debe buscarse la optimización y automatización de los procesos? Los límites, en mi opinión, los deberíamos marcar pacientes y profesionales sanitarios. Creo que hemos de defender que la tecnología en Medicina se centre en buscar una atención humana, humanizada, que prescinda de la mayor parte asumible de burocracia y permita centrar la atención en lo verdaderamente importante.


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