2016, ¿EL AÑO DE LA BIOPSIA LÍQUIDA?

Estos últimos dos años han sido claves para el inicio de una técnica diagnóstica conocida como biopsia líquida, consistente en la detección de material genético (ADN) tumoral circulante en sangre para el diagnóstico y cribado del cáncer.

Con cada vez más publicaciones al respecto (en este enlace se profundiza en esta técnica y se reflexiona sobre las dificultades existentes), la biopsia líquida ha mostrado su utilidad en pacientes con cáncer de mama, de pulmón y de colon, entre otros. 

Se reservaba hasta el año pasado en la mayor parte de centros hospitalarios de nuestro país a la investigación, pero desde este año ha habido múltiples hospitales que la han comenzado a utilizar para la actividad clínica habitual. 

La biopsia líquida es una herramienta presente y futura, una oportunidad apasionante que abre la puerta no solo a detectar precozmente la aparición o recidiva de algunos tipos de cáncer, sino también realizar medicina “personalizada” (pues podría ayudar a detectar si existe alguna modificación genética que explique la falta de respuesta a un determinado medicamento, que puede relacionarse con cambios genéticos que generan mecanismos de resistencia de las células tumorales a los fármacos) y un mejor seguimiento.

En cualquier caso, queda aún investigación por delante para aumentar su precisión, mejorar su interpretación, y proceder a una adecuada validación en nuevas indicaciones.


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